Soneto 12

No queda más que tu perfil sin vida
en las huellas de este viento rasgado.
No queda más que este reflejo cansado
en las blancas cenizas de mi herida.

Triste camino es la niebla florida
un jardín de llanto eterno desatado,
y el mar, sin final, mece callado
los ecos de tu sonrisa perdida

Sólo tu sombra fría corre en mis venas
con las alas marchitas de hermosura
surcando el cielo cansado de mis penas

Solo, sin mi, amor, tras muros de locura
oculto en lluvia de rosas serenas
me olvidaré en tu noche siempre oscura

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