Tu dulce sonrisa, con su brisa,
guía la mariposa, hacia la rosa
que esconde mi pecho, tan estrecho,
lleno de verdes ecos, ahora secos.
Abre tus alas, vuela mis campos,
da voz al río que moja este destino,
busca mis ramas, calla mi llanto,
floréceme sin prisa el camino.
Que cuando te poses y en mi reboses
de tierna hermosura, de bella locura,
volveré a sentir, me regara tu latir,
renacerán las flores, sonaran los acordes.
Y ahora a tu aleteo en la repisa
siempre te responderá mi sonrisa