Soneto del amor que se va

Sonaba ciega canción de oscuro día
en el camino que tus pasos sentían
mientras en mi turbia ventana morían
las postreras flores del alma mía.

Sufría triste eco de angustia fría
el duro corazón que tus ojos perdían
cuando entre las brisas rotas se veían
los rasgados fantasmas de tu poesía.

Quemará loco en mi abierta herida
el suspiro del recuerdo doliente
que me clava tu imagen desprendida.

Vuelve pues, amor siempre hiriente,
al sordo cristal que jamás olvida
la eterna espiral de tu voz ardiente.

Soneto 1

Yo no escuche la luna fría
sufrida en tu noche doliente,
desangrándose tu alma ardiente
en ríos de plata y melancolía.

Lagrimas de amor tu alma vertía
por mi loco corazón hiriente
que olvidándose de lo que siente
con amarga tristeza te diría:

Antes mi voz de pasión desatada
dibujaba tiernas albas serenas
en tus miradas de enamorada.

Ahora que muero entre tus penas
sufro la oscura voz desgarrada
que ya tu sangre lleva por mis venas.